El 2019 comenzó con el gran desafío de tener que sobreponernos a la emergencia climática que sufrió toda la zona por el invierno altiplánico y que afectó tanto a nuestra faena, como a las comunidades con las que convivimos en el mismo territorio. Con daños de diversa consideración en nuestra planta, se puso a prueba todo el equipo de El Abra y nuestra capacidad de organización; y tras semanas intensas de arduo trabajo, logramos sortear las dificultades y poner en marcha nuevamente la operación. Esto no hubiera sido posible sin el compromiso de todas nuestras gerencias, de trabajadores y trabajadoras, que no solo se esforzaron para sacar adelante la operación, sino que apoyaron desde un comienzo a las comunidades aledañas afectadas por las lluvias.
Superada la emergencia, durante el 2019 el trabajo de Minera El Abra siguió enfocado tanto en mejorar la productividad y bajar costos, como también en mantener una faena segura. Un gran hito que repercutirá directamente en todos los que forman parte de la compañía, fue haber recibido la recomendación de certificación en la NCh 3262, que nos permitirá seguir construyendo una cultura interna respetuosa y con conciliación de la vida laboral y familiar. Esta certificación es el resultado del esfuerzo y trabajo de la compañía en ofrecer mejores condiciones a quienes están involucrados en su labor.
En relación a las iniciativas que realizamos para aportar a las comunidades vecinas a nuestra faena, pudimos ejecutar el Programa Borde Costero Sustentable en Tocopilla con sindicatos de pescadores y nos alegramos de la primera generación de jóvenes graduados del Colegio Don Bosco de Calama, al que hemos apoyado desde los inicios de su construcción.
Este año comenzamos la ejecución de los Fondos Ambientales, que buscan ser una herramienta para la educación y divulgación ambiental en la región y que en su primera versión permitió el desarrollo de 16 proyectos.
En cuanto a la operación, este año obtuvimos los permisos medioambientales para la continuidad operacional del proyecto de lixiviación del ROM I y de Turquesa como botadero de mineral estéril. Además, iniciamos el proceso de construcción del proyecto Sulfolix Fase II A, un proyecto muy importante para la compañía porque nos asegurará tener la capacidad de almacenar 250 millones de toneladas más de material aglomerado en la cancha de lixiviación del Sulfolix y extender las operaciones hasta 2029.
Esperamos que el 2020 traiga nuevos desafíos y oportunidades de crecimiento para nuestra compañía, mayor desarrollo para nuestros trabajadores y trabajadoras, y que sigamos creciendo en sostenibilidad y beneficio mutuo junto a las comunidades con las que convivimos.
