Ocho mujeres emprendedoras -beneficiarias del programa DreamBuilder de Freeport Mc-MoRan- tuvieron una destacada participación en la feria “Calama te quiero más emprendedora” que, periódicamente, el municipio organiza en lugares con alta afluencia de público.
La iniciativa internacional impulsada desde Estados Unidos por Freeport–McMoRan y la escuela de negocios Thunderbird, es una herramienta para la creación de negocios propios cuya coordinación local está a cargo de Minera El Abra, encargados de coordinar los talleres con mujeres de las comunidades indígenas del Alto Loa.
Entre los negocios que expusieron en la feria se encuentra el del Halim Morales, quien rescata con sus productos el valor de lo autóctono usando el cobre como materia prima. Con este material confecciona diversos adornos y joyas que graba con figuras inspiradas en el arte rupestre de los sitios arqueológicos de los valles de Lasana y Yalquincha.
El despegue definitivo de su emprendimiento lo encontró en DreamBuilder, ya que a través de los talleres confeccionó un plan de negocios que le ayudó a publicitar sus productos y a enfocar con claridad sus objetivos. “Ahora sé lo que tengo que hacer, y me considero una mujer de negocios. La clave está en la constancia y en estar dispuesta a aprender de quienes tienen más experiencia”, enfatizó.
Por su parte, Patricia Quezada confecciona manualidades en lana. Tras participar del programa, ha definido sus objetivos, los que contemplan el instalar su propio taller y transmitir el conocimiento adquirido a otras mujeres. “Quiero que otras mujeres tengan la oportunidad. Con DreamBuilder aclaré muchas dudas y aprendí que no es imposible alcanzar las metas”, aseguró.
Este conocimiento lo puso en práctica cuando su hijo estaba por ingresar a la universidad. “El año pasado, como estaban de moda los gorritos de lana, me puse a hacer y los ofrecí por internet. Me fue súper bien, más que bien”, enfatizó.
Otra de las destacadas emprendedoras que se vieron en la feria fue Wendy Flores, quien antes se dedicaba a la construcción, pero que descubrió la artesanía en madera. Al principio no tenía la seguridad necesaria para atreverse a vender. Sin embargo hoy cuenta con un emprendimiento familiar que le permite confeccionar diversos utensilios para el hogar y que ha tenido buena recepción de parte de los clientes, posibilitando el comenzar a exportar sus creaciones.
“Estoy empezando desde abajo y quiero llegar bien arriba: tener mi propio taller. Son planes que veo cada vez más cercanos gracias DreamBuilder, porque me ayudó a tener confianza en mí y convertirme en una mujer emprendedora”, argumentó.